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Esta empezando a oscurecer cuando abandonamos la antigua carcel de la Inquisición, y serpenteamos por las callejuelas que rodean la catedral, de vuelta al coche. Con las sombras del atardecer, las gárgolas adoptan aspectos tenebrosos y las paredes de los antiguos edificios parecen guardar ecos de perjurias contra las supuestas brujas. O será la cerveza y la charla, que han avivado y sugestionado mi imaginación. El caso es que nos alejamos del escenario de un siniestro pasado, y nos vamos acercando de nuevo a la caja negra, cuyo interior estoy ya muy próxima a descubrir.

Pedro y Andrea me dicen que quedaba todavia una visita, en el barrio de Gracia, pero se nos ha echado el tiempo encima, así que me la comentan mientras nos dirigimos al destino final.

Se trata de Amalia Domingo, bruja, espiritista y feminista que vivio en una casa en la esquina de la calle Torrijos con San Luis. Curiosamente, Pedro y yo compartimos piso con otros dos, en nuestros tiempos de estudiantes, en esa misma calle, una esquina mas abajo. Todavia mas curioso es el hecho de que este mismo lugar acogio a la congregacion de las Egipciacas cuando fueron desplazadas de su enclave inicial. Sincronicidades a las que llaman casualidades. Amalia fue una de las fundadora de la Societat Autonoma de Dones en 1891, dirigida a la reivindicacion de los derechos de las mujeres. Tambien fue Vicepresidenta del Primer Comgreso Internacional espiritista celebrado en Barcelona en 1888, en un momento en que el espiritismo tenia un enfoque mas cientifico que esoterico. Murio en 1909, ano en que se publico su libro “Flores del Alma”. Tres anos mas tarde se publicaron sus memorias.

Pero no nos hemos desplazado a Gracia, sino a un parking en el Paseo Colon, donde dejamos el coche y donde, finalmente, me hacen entrega de la caja negra. Aunque todavia no la puedo abrir, ya que precisamos un escenario mas propio para hacer los honores. Me pregunto a donde vamos mientras me conducen, por las calles de atras, a un lugar que no podia ser otro: el “Bosc de les fades”.

Este curioso barecito escondido en el callejon del Museo de Cera barcelones, al pie de las Ramblas, con su bosque de arboles malcarados, habitacion encantada, y su hada de cera al pie de un estanque, es sin duda el mejor lugar para que una bruja buena como yo abra por fin su regalo. Sentada en el puentecito, al lado del hada, voy deslizando la tapa de madera de la caja negra, lo cual me toma un tiempo, ya que esta bien encajada. Cuando por fin consigo sacarla del todo, sobre un lecho de aromaticas flores secas descansa un libro de tapas marrones. En la portada pone “Brujas y sanacion en Barcelona”. Pronto me doy cuenta de que esta hecho a mano, integramente, y en su interior leo los relatos e historias que Pedro y Andrea me han ido contando durante el dia. Todo un genuino registro de esta dimension sanadora historica de mi ciudad. Me emociona y me intriga a la vez el artesanato que supone fabricar manualmente un libro asi, aparte del trabajo de investigacion que ha implicado su contenido. Una verdadera pieza unica que plasma materialmente nuestro recorrido de hoy e inmortaliza esta experiencia de cumpleanos tan especial e inolvidable.

Brindamos por ello, nos hacemos fotos, y les digo que va a ser dificil superar un regalo asi cuando llegue su cumpleanos.

En una solapa de la tapa trasera del libro encuentro dos pedazos de papel con “conjuros” escritos en ellos. Y en la primera pagina, reza el siguiente poema:

EL DESIG DE LA FADA                                  EL DESEO DEL HADA

Jo et desitjo la bogeria, el valor,                     Yo te deseo la locura, el valor,
els anhels, la impaciència.                              Los anhelos, la impaciencia.
Et desitjo la fortuna dels amors,                    Te deseo la fortuna de los amores,
el gust pels homes i per les dones.                el gusto por los hombres y por las mujeres. 

Et desitjo una mirada curiosa,                       Te deseo un mirada curiosa,
un nas amb memòria,                                      una nariz con memoria,
una boca que somrigui                                    una boca que sonria
i maleeixi amb precisió divina,                      y maldiga con precision divina,
unes cames que no envelleixin,                     unas piernas que no envejezcan,
un plor que et retorni l’enteresa.                   un llanto que te devuelva la entereza.
Et desitjo el sentit del temps                           El deseo del sentido del tiempo
que tenen els estels,                                          que tienen las estrellas,
el tremp de les formigues, el dubte.              el temple de las hormigas, la duda.
Et desitjo la fe en els auguris,                         Te deseo la fe en los augurios,
en la veu dels morts,                                         en la voz de los muertos,
en la pau dels homes                                        en la paz de los hombres
que obliden la seva destinació,                      que olvidan su destino,
en la força dels teus records                           en la fuerza de tus recuerdos
i en el futur com a la promesa                        y en el futuro como la promesa
on cap tot el que encara no et succeeix.
       donde cabe todo lo que todavia no te sucede.

Ángeles Mastretta.

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