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dieta yoyo

Forma parte de uno de los doce primeros remedios que Bach describió, y lo recomendaba para los casos de duda y oscilación, estados que, cuando hablamos de alimentación, son bastantes frecuentes.

Se trata efectivamente de la famosa “dieta yoyo”, tan repandida, en que adoptamos y abandonamos repetidas veces un régimen alimenticio determinado, o varios, produciendo en nuestro cuerpo una oscilación, no sólo de peso, sino entre estados de acidez y alcalinidad, y, en último término, entre el bienestar y el malestar.

Esta tendencia Scleranthus a fluctuar entre dos extremos, que nos hace pensar en la ciclotimia y la bi-polaridad, puede manifestarse también como un cuadro de bulimia, en que se provoca el vómito después de un atracón, caso en el que Pine podría añadirse, pues contiene un componente claro de culpa. Los ayunos seguidos de un retorno a la comida basura entrarían en esta categoría, y a un nivel más inconsciente y sicosomático, la fluctuación entre la diarrea y estreñimiento puede ser otra manifestación de esta condición basada en la indecisión y la falta de estabilidad.

A diferencia de Cerato, que busca la respuesta en los demás, el perfil Scleranthus se empeña en encontrar una solución por sí mismo, reforzando su tendencia a la oscilación entre una rutina alimenticia supuestamente saludable, y el abandono total.

Digo supuestamente porque la lección de Scleranthus radica precisamente darse cuenta que las teorías dietéticas extremas a menudo están poco adaptadas a una realidad particular, y pueden conducirnos al polo opuesto.

De modo que en estado transformado esta flor nos ayuda a encontrar el equilibrio, basado en la sensatez con respecto a la comida, pero también nos aporta flexibilidad y capacidad de adaptación de modo que podamos aprender de cada experiencia dietética que queramos realizar, sin que esta nos haga caer, como rebote, en el lado oscuro.

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