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No es de extrañar que al lunes por la mañana se le hayan dedicado tantas canciones, pues esa sensación de que no seremos capaces de afrontar el día, es una experiencia común para la mayoría de los mortales.

Por ello, tampoco es de extrañar que Bach buscase una flor para darle la vuelta a esta condición, y encontrase Hornbeam.

Pues a menudo no es sólo a principios de semana cuando nos acomete esa tremenda pereza ante la perspectiva de cinco (o seis, o más) días de trabajo por delante, sino que en ocasiones atravesamos periodos en que todos los días nos parecen un lunes gris.

Y ciertamente, a mí me ha venido de perlas, una vez más, el que me tocase el Hojarazo esta semana, pues tras un periodo de trabajo intenso sacando adelante mi reción estrenado negocio, y pasado el “subidón” inicial, el cansancio empieza a hacer mella en mí. Por lo que ya no salto de la cama antes de que suene la alarma, como hacía unos meses atrás, sino que tras darle un manotazo al despertador (que ha sonado ya un par de veces), mi alma arrastra a mi cuerpo (o viceversa) al empezar el día.

Curiosamente, de nuevo coincidió que en un seminario sobre fitoterapia y estados emocionales al que acudí esta semana, se habló de este tema y los asistentes fuimos obsequiados con un bote de suplementos para la fatiga (!). Pensé que otra vez los duendes de las terapias se habían confabulado y empecé a tomar los comprimidos con entusiasmo. Sin embargo, al segundo día pude percibir que alguno de los ingredientes del suplemento, más que darme energía me la robaba, ya que tras un acelerón inicial, quedé agotada unas horas más tarde, tal y como me sucede cada vez que ingiero cafeína.

Así que decidí seguir confiando en la Carpinus betulus para combatir mi cansancio y mis crecientes ansias de vacaciones, sin ver mayores cambios hasta que eventualmente la flor hizo efecto en mi. No el efecto que esperaba, pues no sentí de repente mis fuerzas y entusiasmo renovados, sino que decidí cancelar el curso de fin de semana al que pensaba asistir, y reservarme hora para la peluquería, un buen masaje y un tratamiento facial, que es lo que realmente necesito.

Al fin y al cabo, si quiero seguir lidiando con el día a día eficientemente, además de reciclar mis conocimientos es importante refrescar mi energía para poder seguir ofreciendo un buen servicio. Y la perspectiva de un sábado de Spa, renueva mis fuerzas y entusiasmo como pocas otras cosas lo hacen.

http://www.youtube.com/watch?v=h81Ojd3d2rY

Próxima semana: Impatients (Impatients glandulifera)

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