Tél

06 52 06 63 00

E-mail

orench.anna@gmail.com

Definitivamente, me encanta tomar Larch. Pues a pesar de ser una persona bastante decidida y lanzada, y haberme trabajado la fe durante ya un largo tiempo, no puedo evitar, sobretodo en los tiempos que corren, sentir a veces que camino encima de una cuerda floja, y dudar de mis capacidades de equilibrista para evitar una fatídica caída en picado hacia el abismo bajo mis pies.

Pero la Larix decidua es la capa de Wonderwoman que nos otorga la confianza necesaria para reconocer las propias capacidades y no dejarnos amedrentar ni por una gris modestia ni por los oriundos y cenizos aguafiestas que nos puedan salir al paso, minando nuestro potencial. Y esa capa, realmente me ha rescatado estos días, en que he estado en proceso de toma de decisiones y he tenido que sopesar mi valía, tanto como terapeuta cuanto como emprendedora.

Tampoco es que el Alerce nos de unas ilusorias alas que no nos pertenecen, simplemente nos arrebata esa sensación de no estar a la altura, cuando en realidad si que lo estamos. En mi caso, lo que me ha revelado es que si algunas cosas no funcionan como a mí me gustaria, no es porque yo no lo esté haciendo bien, sino por la propia naturaleza de esas cosas, o por otras circunstancias. Y me ha ayudado a entender que hay que aceptar que así sea, y no sentirme menos por ello.

Aunque, en mi caso, la toma de Larch es peligrosa pues la cautela no se cuenta entre mis virtudes y basta con acercar esta flor a mis labios para que se dispare mi entusiasmo, y mi acérrima confianza en que todo irá bien me haga embarcarme en temerarios proyectos.

Así que, enfundada en mi capa de Wonderwoman, que es mía, porque me la gané a pulso, y me la cosí a mano, cojo carrerilla para mi siguiente salto mortal y… Continuará.

Próxima semana: Mimulus (Mimulus gutatus)

Articles recommandés