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De gran reputación como laxante y como remedio contra rampas y dolores musculares, el magnesio puede ofrecernos también la solución para el cansancio pasajero característico de la primavera, así como para una fatiga crónica. Su carencia puede además ser la clave escondida detrás de numerosas alteraciones de la salud, sin que jamás lo hubiésemos sospechado.

A pesar de ser un remedio clásico para el alivio del tránsito intestinal desde el s.XV.,  no es hasta principios del s. XX que la clase médica empieza a interesarse en él por sus otras propiedades y posibilidades terápeuticas, concretamente en Francia, donde el Pr. Delbet se destacó por sus prescripciones de cloruro de magnesio (o sal Nigari), como prevención anti-cancerígena.

En la actualidad, es uno de los complementos más usados en los tratamientos naturopáticos, junto a la levadura de cerveza y el germen de trigo, y constituye una cura tradicional para la fatiga física y mental, crónica o estacional.

Propiedades 

Después del potasio, el magnesio es el mineral más presente en el cuerpo, unos 24 gramos repartidos entre huesos y dientes por un lado, y tejidos blandos y músculos por otro. Participa en más de 300 reacciones bioquímicas en el organismo, de las que se derivan sus propiedades:

  • contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso,
  • regula los niveles de glucosa en sangre,
  • participa en la producción de energía del organismo,
  • tiene un rol importante en la mineralización de huesos y dientes,
  • ayuda a la relajación muscular y a la prevención de rampas y hormigueos,
  • actúa sobre los movimientos peristálticos del colon,
  • ejerce una acción sobre ciertos mecanismos hormonales responsables del estrés,
  • frena el envejecimiento celular,
  • promueve el equilibrio cardíaco.

Deficiencias

El aporte diario recomendado (ADR) de magnesio es de 420 mg al día para el hombre y 360 mg al día para la mujer, sin embargo se calcula que se consumen dos tercios de lo necesario. La causa principal es, sin duda, la alimentación inadecuada, pues, por ejemplo, los estrógenos y algunos aditivos en las verduras congeladas impiden su absorción, así como los excesos o el consumo de alcohol, que alteran la digestión. Sin embargo hay otros factores como el empobrecimiento de los suelos, que resulta en una producción de alimentos menos ricos en minerales, el estrés (pues la liberación de adrenalina comporta una pérdida de magnesio por la orina), la enfermedad celíaca, el envejecimiento, la gastroenteritis o los problemas de mal-absorción intestinal que, aún llevando una alimentación equilibrada, pueden producir un cuadro de deficiencia en magnesio.

Este estado de carencia se puede caracterizar por:

  • astenia mañanera, falta de ganas, fatiga nerviosa,
  • dolores musculares, rampas, fatiga muscular,
  • espasmos, párpado
  • irritabilidad, falta de concentración, ansiedad, baja de moral (el magnesio está implicado en la liberación de serotonina),
  • sueño agitado y menos reparador,
  • párpado que tiembla, espasmos, espasmofilia,
  • bajo rendimiento deportivo,
  • estreñimiento,
  • aumento de la resistencia a la insulina (pre-diabetes)
En todos estos casos es, pues, recomendable considerar una complementación en magnesio.
Cura de magnesio

En general se recomienda una complementación de unos 5 mg de magnesio por kilo de peso, siendo 500mg el máximo, en periodos de 20 días que pueden repetirse. Sin embargo, encontramos magnesio para el consumo en diferentes formatos, con características más precisas, las cuales nos ayudan a elegir el magnesio indicado en cada caso:

  • Carbonato de Mg, usado principalmente como laxante
  • Lactato de Mg, el preferido de los culturistas, por su acción muscular, pero también indicado en casos problemas digestivos, siendo, sin embargo no muy indicado cuando existen problemas renales
  • Cloruro de Mg, también laxante, e inmuno-estimulante. Sin embargo constituye un gran aporte de sal y es difícil de dosificar, por lo que se recomienda en cortos periodos. También conocido como sales Nigari, con las que se realiza el agua de magensio (1 litro de agua por 20g de Nigari), y usado para transformar la leche de soja en tofu.
  • Mg Bisglicinato, siendo la glicina un amino ácido, tiene una mayor biodisponibilidad, facilitando su asimilación. No comporta diarreas para aquellos que no están estreñidos, y es uno de los preferidos en caso de estrés y fatiga.
  • Citrato y Orotato de Mg ofrecen una gran biodisponibilidad y son ambos usados en casos de migrañas.
  • Sulfato de Mg, o sales de Epsom, usado en la bañera como tratamiento antiestrés, tiene también un efecto antiespasmódico, es beneficioso para la digestión, y es uno de los ingredientes indispensables en la   Limpieza hepática de Andreas Moritz.

Algunos laboratorios comercializan el Magnesio marino, proveniente del Mar Mediterráneo, el Mar Muerto o incluso nuevos mares subterráneos inexplotados, el cual contiene otros oligoelementos, asociado a la vitamina B6 (la cual ayuda a una mejor absorción del mineral), a la vitamina B1, la Rhodiola, la Melatonina o al extracto de Melisa para combatir la fatiga, el estrés, o para mejorar la calidad del sueño.

También encontramos el Magnesio marino en forma líquida, de aplicación transcutánea, pues penetra fácilmente en la piel, aunque en este caso la dosificación es más complicada.
Por otro lado, suele recomendarse la complementación de este mineral combinado con el Suero Quintón, o el calcio Marino (función muscular), cuya asociación resulta en una interesante sinergia.

Por supuesto, es conveniente aumentar el consumo de alimentos ricos en magnesio como los moluscos, los frutos secos oleaginosos (en particular las pipas de calabaza, las almendras, los anacardos, o la nuez de Brasil), las legumbres (sobretodo los guisantes), los cereales completos, la levadura de cerveza, el cacao y el chocolate negro (¡sin azúcar!), y las aguas ricas en  minerales. También las verduras de hoja verde, ricas en clorofila (cuya molécula central contiene magnesio), las uvas pasas, los hijos secos, o el coco. Aunque en casos de deficiencia, la alimentación no es tan eficaz como un complemento alimenticio.

Interacciones:

Lógicamente, existen casos en que la toma de magnesio está contraindicada, particularmente en aquellas personas que se encuentren en tratamiento de Sintron, anticoagulantes orales, antibióticos para cistitis o anti-ácidos. Fuera de estos casos, este mineral no presenta riesgos para la salud aunque, como siempre, es una buena idea consultar con un profesional de la salud, en caso de duda o enfermedad, antes de realizar una cura.

En definitiva, otra posibilidad sana y natural de mantener el equilibrio, sentirnos bien y aumentar la vitalidad para vivir nuestra existencia al máximo de su potencial.

Fuentes:
  • “500 of the most important health tips you’ll ever need” – Courteney, Hazel – Cico Books 2001
  • “The encyclopedia of natural medicine” – Murray and Pizzorno – Prima Publications 1998
  • http://www.nigari.fr/
  • http://www.solgar.fr
  • http://www.fitoform.com
  • http://www.doctissimo.fr/
  • http://www.magnesio.org.es

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