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De acuerdo con la Medicina Tradicional China, el verano corresponde al elemento Fuego, que incluye el Corazón, el Intestino Delgado, el Pericardio y el Triple Recalentador, está representado por el color rojo, cuya emoción es la alegría y su sabor correspondiente es el amargo.

Los alimentos de color rojo nutren el Corazón, promueven la circulación de la sangre, tonifican, calientan, revitalizan y estimulan la sexualidad. Los frutos del bosque, tomates y bayas de Espino Blanco, son un buen ejemplo.

El sabor amargo tiene una función purgante, dispersante y secante de la humedad. Los alimentos con este sabor, como el ruibarbo, la col rizada, los espárragos o el hígado de cerdo, también eliminan el calor, calman y fortalecen, además de controlar los movimientos energéticos indadecuados en el organismo (como la tos). Ayuda en digestiones lentas, ayuda a eliminar tóxicos, tonifica los tejidos y refresca en casos de fiebre, inflamaciones y escozores. Por tanto, las personas con sobrepeso, letárgicas o que sufren de exceso de calor, se benefician de este conjunto de alimentos, así como aquellos con tendencia a la agresividad, pues los calma, y los conformistas, a los cuales estimula a plantearse nuevos retos.

Esto se entiende según la teoría de los 5 elementos, pues el Fuego domina al Metal (Pulmón e Intestino Grueso), genera la Tierra (Bazo y Estómago), es dominado por el Agua (Riñón y Vejiga) y es generado por la Madera (Hígado y Vesícula Biliar). Por tanto, controla el reflujo del Pulmón (ataques de tos) y nutre al Bazo para su equilibrio (elimina su humedad, que genera sobrepeso).

Por contra, un exceso de nutrientes con esta naturaleza, puede provocar inapetencia, pérdida de peso o problemas digestivos (agresión al Bazo), agravándose estos últimos por la tendencia en verano a consumir alimentos y bebidas fríos, pues el exceso de frío perjudica al Bazo/Estómago. Dolores de cabeza e inestabilidad pueden ser provocados también por este sabor (Agresión al Hígado) así como la sequedad de la piel (agresión al Pulmón) y una sensación general de debilidad. El exceso de amargo se asocia también a sentimientos amargos, de insatisfacción y frustración (agresión al Hígado),

Según, estas relaciones de producción y dominación entre los cinco elementos, la alegría, que corresponde al elemento Fuego, conduce a la compasión (Tierra), es contrarrestada por el miedo (Agua) y contrarresta la tristeza (Pulmón). Una sobrecarga de las energías del Corazón, Intestino Delgado, Triple Recalentador o Pericardio se manifestará en forma de euforia con histeria, risas o hablar exaltado. Una falta de la energía de estos órganos producirá aflicción, ansiedad y dificultad en el habla. Así pues, las carnes rojas, huevos, lácteos, grasas y sal bloquean el sistema cardiovascular, el corazón trabaja en exceso y nos puede llevar a la arrogancia. Del mismo modo, un exceso de alimentos expansivos como frutas, drogas, alcohol, excitantes y vitaminas de síntesis debilita los órganos del elemento fuego y nos puede llevar a una sobreexcitación que alternaría con estados de aflicción.

Por todo ellos, conviene en verano incluir en nuestras comidas un poco de picante, para proteger al Pulmón (Metal) de la agresión del Fuego, y un mayor aporte de alimentos salados (pescado, marisco) para potendciar al Riñón (Agua) y que este controle al Fuego, para mantener nuestro equilibrio físico, energético y emocional, y disfrutar de esta estival estación.

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