“Cuanto más grande es la aflicción, más cerca se está de Dios”, nos asegura la Biblia. Y aunque no sea yo muy ducha en textos sagrados, diría que esta afirmación se creó para describir el estado Sweet Chestnut.
En mayor o menor medida, todos hemos pasado por un momento límite en nuestras vidas, por un callejón sin salida, por un no poder más. Por lo que no es de extrañar que Bach buscara una flor para aliviar la angústia, soledad, vacío o desesperación que este tipo de situación conlleva. Y sobretodo cuando nuestro pesar no encuentra vía de expresión, y nos va envenenando por dentro, lo cual es característico de aquel que precisa del Castaño Dulce.
Para una persona resolutiva y optimista como yo, no es fácil reconocer o admitir (ni de cara a la galería ni hacia una misma) tal desespero, sin embargo me encontré estos días escribiendo un mail a cierta persona con respecto a cierto tema, en el cual se reflejaba una dolorosa e impotente resignación, mucho más allá del estado Gorse. Me sorprendí al releerlo, y me di cuenta de que la Castanea sativa no había llegado a mí estos días por casualidad. La solución que proponía esta persona pasaba por hacer algo que ya intenté en su momento y no funcionó, pero tanto ella como Sweet Chestnut insistieron, y esa misma noche pasé a la acción. Los resultados todavía están por ver, pero lo relevante del caso es mi repentina bajada del burro y mi entusiasmo renovado frente a una cuestión que me había causado tanta frustración.
Y, de hecho, hace tiempo que pienso (basándome en la experiencia) que cuando atravesamos un túnel, al final nos espera un regalo, que las temporadas difíciles siempre son un preludio de tiempos mejores, y que las bofetadas de la vida a menudo van seguidas de un sabroso beso. Sólo necesitamos, para sobrellevar esos momentos de dolor, un aporte extra de fe y optimismo como el que nos otorga, benévolamente, el Castaño dulce.
La noche más oscura no puede dar paso más que a un nuevo amanecer y, como en el parto de un bebé, el dolor que conlleva el proceso, siempre tiene premio.
Próxima semana: Vervain (Verbena officinales)
[…] Próxima semana: Sweet Chestnut (Castanea sativa) […]
[…] Flores de Bach: puesto que muy a menudo es la rumiación lo que nos impide dormir, White Chestnut es el primer remedio floral que me viene a la cabeza, pues lidia con obsesiones. Si es el miedo lo que paraliza el sueño, Rock Rose será la flor más indicada. Finalmente para la angústia extrema generadora de insomnio, os recomiendo Sweet Chestnut. […]
[…] nous avons d’autres choix pour convivre avec l’incertitude. Dans les fleurs de Bach, Sweet Chestnut nous apporte la “lumière à la fin du tunnel” dans les moments les plus sombres. […]