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Recién despertado del sueño invernal, el cuerpo encuentra en la estación primaveral el momento ideal para deshacerse de residuos tóxicos almacenados en los diversos tejidos, tanto procedentes del exterior, como del interior. Para ello, nuestros órganos de eliminación o emuntorios, pueden ser estimulados con elementos de la naturaleza que optimicen esta importante función, que debe desarrollarse siguiendo ciertas pautas.

Qué es la “detox”

En realidad, cuando hablamos de “detox”, nos referimos a dos niveles distintos de depuración: por un lado se encuentra el drenaje de los emuntorios, es decir, la limpieza ligera del hígado, la piel, los riñones, los intestinos y los pulmones; y por otro lado se encuentra la detoxificación, proceso más profundo, necesario en caso de intoxicación, y reservado para aquellos con experiencia previa en curas depurativas.

Quién la puede hacer

En efecto, no todo el mundo está en condiciones de llevar a cabo una detox, ni siempre es un buen momento. Drenar el organismo requiere una considerable cantidad de energía, por lo que aquellos aquejados de fatiga, deberían primero resolver esta antes de lanzarse en un programa depurativo. (Si se trata de una fatiga estacional, puede resolverse en un corto periodo de tiempo, en caso de fatiga crónica, deben explorarse sus causas). Aquellos que estén bajo tratamiento médico, deberían esperar a finalizarlo y consultar con su especialista, y, por supuesto, una detox no está especialmente indicada en mujeres embarazadas.

El mejor momento

Respecto al momento, en general se recomienda hacerla en los cambios de estación, de invierno a primavera, o de verano a otoño, pues en el “entretiempo” no sufrimos ni demasiado frío, ni demasiado calor, y el cuerpo no está ocupado en regular la temperatura. Sin embargo, la mejor opción es la primera, pues la primavera, según la Medicina Tradicional China, es la estación del hígado, órgano de detoxificación por excelencia, el cual está en plenitud en este momento y ofrece una mayor capacidad para cumplir sus funciones.

La detox

Partimos de la base que el cuerpo, de manera natural y en condiciones normales, tiende a regresar al equilibrio: es lo que conocemos como principio de la homeostasis. De modo que, si simplemente permitimos a nuestros órganos de eliminación hacer su trabajo, liberándolos de la carga que supone el consumo de alimentos tóxicos, como el café, el azúcar, la grasa animal, el alcohol y muchos aditivos alimentarios, y nos limitamos a consumir alimentos de temporada y a beber agua y zumos, ya estaremos favoreciendo un proceso de eliminación. No obstante, dadas las condiciones en las que, la mayoría de nosotros vivimos, de polución, estrés y, a menudo, hábitos dietéticos nocivos a los que nos cuesta escapar, si queremos realmente que nuestros emuntorios, posiblemente saturados y fatigados, trabajen a fondo, es conveniente ayudarles.

  • Drenaje de los emuntorios: es un proceso que debería durar entre una semana y 21 días. Está especialmente indicado para aquellos que nunca han seguido un programa detoxificante y se trata de, durante este periodo, abstenerse de consumir alimentos tóxicos como los anteriormente citados y privilegiar la fruta y verdura de temporada, y a la vez depurativa, como las manzanas, los limones, las fresas, la alcalchofa, los espárragos, el ajo, las coles, la remolacha o el apio, entre otros. La cocción de los alimentos debe ser ligera y de corta duración, y una buena parte de los alimentos deben consumirse crudos (en la medida de lo posible), asegurando siempre su prolongada masticación. 
  • Zumos: es necesario ingerir líquidos, para limpiar el organismo y, en esta época, los zumos y batidos son ideales pues nos aportan frescor y vitaminas, además de ayudar con el tránsito intestinal. El “grenn smothie” o batido verde, compuesto de 60% de fruta (manzana, limón, pera, banana, piña) y 40% de verdura (hinojo, apio, espinacas, pepino, perejil, aguacates, alfalfa…) es una bebida detoxificante que puede constituir un potente tentempié en este periodo. No en vano, según la Medicina Tradicional China, el color correspondiente al elemento Madera, al que pertenecen el hígado y la primavera, es el color verde.
  • Infusiones: la fitoterapia nos ofrece un amplio espectro de plantas para dar a los emuntorios ese apoyo extra que garantice su buen funcionamiento. El cardo mariano, rábano negro, alcachofa, boldo, diente de león o el desmodium ayudarán al hígado a procesar las toxinas liposolubles y grasas; la cola de caballo, bardana, cerezo, abedul, grosellero negro, o el ortosifón son plantas diuréticas para respaldar los riñones; la cáscara sagrada, la sena o el psyllium ayudarán con el tránsito intestinal para una buena evacuación.
  • Ejercicio: oxigenar las células de nuestro cuerpo es esencial y esto se consigue con una buena respiración, resultado del ejercicio aeróbico (ligero, al aire libre). Esto nos aportará, no sólo apoyo al pulmón como emuntorio, sino también una liberación de endorfinas, benéficas para el estado de ánimo.
  • Sauna y exfoliaciones corporales: ambas prácticas son eficaces y necesarias para permitir a la piel expulsar, a través de la secreción de sus poros, toxinas suplementarias.
  • Enemas e hidroterapia del colon: muy recomendado antes y después de una cura depurativa, pues los intestinos deben estar “desbloqueados” para permitir la salida de los deshechos. Este emuntorio es nuestra principal vía de expulsión (junto con la orina), por lo que no sólo debe estar limpio sino también sano para que las toxinas que se dirigen a la salida del cuerpo, no sean reabsorbidas a causa de flora intestinal empobrecida. Por ello, otro elemento de gran ayuda en curas depurativas son los probióticos y prebióticos, (bacteria benéfica y su alimento, respectivamente), que aseguren unos intestinos sanos y eficaces. El zumo de Aloe Vera es otro gran aliado de este emuntorio, que además nos aporta una multitud de vitaminas y minerales.

Existen en el mercado numerosos productos a efectos depurativos, que combinan plantas y alimentos previamente citados. Personalmente, confío en algunos de ellos: creo que nos facilitan el trabajo, pues a menudo contienen plantas para los cinco emuntorios a dosis concentradas, difíciles de conseguir con las infusiones, y considero también que no les viene mal a nuestros órganos de eliminación una ayuda extra intensiva. Sin embargo, estos productos, fuera del marco de un programa depurativo como el descrito, resultan ineficaces por si solos en la mayoría de los casos. No es posible hacer una “detox” simplemente bebiendo zumo de Aloe Vera, si seguimos bebiendo café y comiendo macarrones gratinados.

  • Detoxificación: a un nivel más profundo, la detox propiamente dicha, la reservamos a aquellos con experiencia previa en curas depurativas, y a ser posible, bajo la supervisión de un profesional de la salud.
  • Ayuno: es la abstinencia de cualquier alimento, salvo el agua, por un periodo que puede alargarse, en algunos casos, hasta 30 días. Es la detox más extrema, para la que se necesita un estado de consciencia particular y que, mal llevada, puede provocar daños en el organismo.
  • Monodieta: se trata de consumir un solo alimento en cantidades ilimitadas, durante entre 3 a 21 días. Puede ser arroz semi-completo, uvas (más indicado en otoño), una fruta (p.e. manzanas, piña) o una verdura (p.e. zanahorias). Esto constituye un descanso para el sistema digestivo, sin privarle de alimento, lo cual permite eliminar residuos tóxicos. Es importante encontrar el tipo de alimento que no nos cansa y que nos sienta bien.
  • Cura de zumo de verduras: a medio camino entre la monodieta y el ayuno, esta forma de detox nos permite mezclar una variedad de alimentos dentro del grupo de las verduras, de las cuales sólo consumiremos el zumo. Puede alargarse también varias semanas.

En cualquiera de estos tres casos, es conveniente hacer unos días de “preparación”, disminuyendo progresivamente la ingesta de alimentos, así como un periodo de “readaptación”, regresando de manera progresiva a la alimentación habitual.

Fuera de periodo de detoxinación, podemos realizar una “cura alternada”, es decir, una monodieta o ayuno un día por semana, para mantener una higiene interna. Sin embargo, insisto en que, incluso si lo hacemos un sólo día, es conveniente tener algo de experiencia en curas depurativas, y hacer un día previo y posterior de comida ligera, para no sobresaltar al organismo.

Crisis curativa

Para finalizar, comentar que un proceso de limpieza interna del organismo provoca a menudo malestares ligeros como dolor de cabeza, erupciones y granos en la piel, cambio del olor corporal, diarrea, etc. Esto es resultado del proceso de movilización y expulsión de toxinas y un signo inequívoco de que los emuntorios están haciendo eficazmente su trabajo. Es un pequeño precio a pagar, a cambio de los grandes beneficios a nivel de vitalidad, salud y bienestar a todos los niveles, que un buen drenaje de los emuntorios puede dar como resultado. Sin duda, vale la pena el esfuerzo.

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