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Dependiendo de nuestro temperamento, al abrir la puerta de la nevera encontraremos una organización de los alimentos pulcra y alineada, o bien un batiburrillo de productos mezclados sin orden ni concierto. Sin embargo, aún en el caso de los más meticulosos, ¿sabemos, naturófilos, dónde y por cuánto tiempo deben guardarse los alimentos en el frigorífico, para preservar su calidad y evitar el desperdicio?

Podemos dividir el frigorífico en diferentes zonas según la temperatura. Así, la parte superior de la nevera será siempre más fría y la parte inferior, donde habitualmente encontramos el cajón de las verduras, más templada. De modo que ubicaremos los alimentos según necesiten más o menos frío. El congelador siempre estará a unos -18ºC, aunque se encuentre en la parte inferior del frigorífico.

La temperatura de cada zona nos da una pista de lo que conviene colocar en ella:

Zona 1. 0-4ºC

Pescado, cuarenta y ocho horas la pieza entera, cuatro días el filete; carne, tres días, dos el pollo; zumos de frutas caseros, dos días; leche y queso no pasteurizados, dos días; platos preparados, tres días si empezados, hasta dos semanas si embalados al vacío; charcutería, tres días en lonchas, hasta séis días embalada.

Zonas 2-3. 4-6ºC

Platos caseros, tes días, dejar primero enfriar, pero no más de dos horas a temperatura ambiente; nata líquida, hasta seis días una vez abierta; yogures, hasta unos días después de su fecha de caducidad; queso y leche pasteurizados, la leche dos días si empezada, una semana si no.

Zona 4. 6-8ºC

Botes de conservas empezados industriales, dos meses; salsas caseras, hasta cuatro días; mayonesa casera, el mismo día; mostaza, hasta doce meses.

Zona 5. 6-10ºC

Fruta y verdura, queso que se quiera hacer madurar.

A saber que, ciertos alimentos no deben guardarse en el frigorífico:

  • huevos, aunque los fabricantes se empeñen en incluir una bandeja específica en la parte superior de la puerta, pues el frío hace que la cáscara se vuelva porosa y las bacterias se introduzcan dentro,
  • patatas, pues germinan, y el almidón puede modificarse haciéndolas harinosas,
  • tomates, porque el frío libera una substancia en ellos que reduce el sabor,
  • aguacate, melón, sandía, plátanos, pues son frutas acostumbradas a los climas calientes,
  • chocolate, puesto que el frío hace remontar la grasa a la superficie y se forma una capa blanca,
  • albahaca y otras plantas aromáticas, que pueden enmohecerse, mejor dejarlas secar,
  • pan, también puede enmohecer, mejor guardarlo envuelto en un paño.

No olvidéis, naturófilos, para terminar, usar el sentido común y verificar el olor, el color y la textura de los alimentos antes de consumirlos, pues el instinto es siempre buen consejero. Buen provecho!

Fuentes:

  • www.anses.fr
  • www.passeportsante.net

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