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Cuando se trata de difundir esencias en el ambiente, una de las aplicaciones típicas de la aromaterapia, hay quien se contenta de vertir unas gotas de aceite sobre un trozo de madera (sin barnizar) o una pastilla de cerámica, pues son difusores naturales aunque, pero en mi experiencia, son métodos poco potentes. Existen diferentes tipos de difusores en el mercado que, mediante distintos mecanismos, expelen las esencias para que aprovechemos de su aroma y sus propiedades a través de la olfacción.

Difusión por calor

Encontramos diferentes sistemas de difusión de aceites esenciales por calor, a menudo sencillos, decorativos y prácticos. Sin embargo, una vez que nos familiarizamos con el universo aromático, aprendemos que el calor no es un buen socio para las esencias pues las desnaturaliza. De modo que, aunque estos sistemas son muy populares y utilizados para los “amateurs” de l’aromatherapia, debe tenerse en cuenta que pueden comprometer las propiedades terapéuticas de los aceites.

Bol de agua caliente: donde se introducen unas gotas de aceite esencial. Es un método sencillo que, en principio, no implica electricidad aunque a menudo se aconseja colocar el bol sobre un radiador. Además del inconveniente del calor, si el radiador es eléctrico y el bol de agua se derrama sobre él, se puede provocar un cortocircuito. Por lo que recomiendo simplemente colocar el bol sobre una mesilla, en un espacio pequeño, para aromatizar ligeramente el ambiente.

Aro para bombilla: se trata de anillo cóncavo, en general metálico, que se posa sobre una bombilla para que el calor de esta propague el aroma de los aceites que se colocan en el canal que se forma alrededor de la bombilla. Dado que algunos aceites son inflamables, considero este método como un poco arriesgado.

Quemador de aceites esenciales: a menudo de cerámica o de vidrio, con un compartimento inferior para colocar una vela, y un espacio en forma de cuenco en la parte superior para contener un poco de agua y unas gotas de aceites esenciales. Muy decorativo, pero, además de desnaturalizar los aceites, este sistema cuenta con el peligro de que si, por accidente, el aceite esencial se derrama directamente sobre la llama de la vela, puede crearse un pequeño incendio. También debe saberse que algunos de estos quemadores cuentan con un cuenco de vidrio donde vertir el agua y los aceites. Si el cuenco está caliente y vertimos agua fría, este se puede romper, os lo aseguro naturófilos pues he vivido la experiencia.

Difusor eléctrico para el coche: es un pequeño aparato que contiene un filtro donde se depositan los aceites esenciales, y que se conecta a encendedor de cigarrillos del coche. Es muy práctico, si sólo pretendemos aromatizar nuestro vehículo, y una buena alternativa a los aromatizadores sintéticos que, a menudo, ni siquiera huelen agradablemente y están cargados de perturbadores endocrinos.

Difusor por calor suave: tiene a menudo forma de cuenco de porcelana que se conecta a la electricidad y en el que se versan los aceites sin mezclarlos con agua. Es un compromiso entre la difusión por calor y los otros tipos de difusores más sofisticados, cuando la acción terapéutica de los aceites no es prioritaria al aroma. Además, suelen ser discretos y fáciles de utilizar al no necesitar agua ni contener vidrio.

Difusión por ventilación:

Por lo general se trata de un pequeño aparato que se conecta a la corriente y que cuenta con una ranura donde introducir un filtro impregnado de aceites esenciales. El aroma de las esencias se difunde gracias a un ventilador dentro del aparato. Es un sistema que no utiliza calor y no produce vapor, muy práctico, pero en los grandes espacios no es muy eficaz. Ideal sin embargo para el escritorio o en el cuarto de baño.

Difusión por ultrasonidos:

También llamados brumizadores, los difusores ultrasónicos cuentan con un mecanismo de emisión de ondas de entre 20000 y 80000 Hz en la reserva de agua del aparato (lugar donde se introducen las esencias). Esto permite transformar el agua en pequeñas gotas, las cuales contienen el aceite esencial y que son propulsadas a frío al exterior en forma de bruma. Ideal para los ambientes secos y para ayudar en los problemas respiratorios. Sin embargo utilizan agua, lo cual es a veces un inconveniente.

Difusión por nebulización:

Los nebulizadores o difusores por micro-difusión funcionan a base de una membrana que bombea los aceites esenciales fraccionados en partículas muy finas. Estos aparatos contienen, en general, un recipiente de cristal en la parte superior, donde se colocan las esencias y por donde son expedidos en forma de una finísima bruma. Se pueden encontrar nebulizadores sin la parte de cristal, lo cual los hace menos frágiles. Suele ser el difusor preferido de los puristas, pues no implica vapor, ni calor, ni ningún tipo de transformación de los aceites.

Para finalizar deciros que los difusores recientes cuentan todos con un temporizador, de modo que se apagan solos al cabo de unos quince minutos, o que se pueden programar. A pesar de ello, no olvidéis, naturófilos, la precaución en el uso de los aceites esenciales, particularmente si hay niños o animales alrededor. Por lo demás, elegid bien vuestro difusor y a disfrutarlo.

Fuentes:

  • https://diffuseur.org/
  • BATTAGLIA Salvatore, The Complete Guide to Aromatherapy, 1995 The Perfect Potion.
  • DAVIS Patricia, Aromatherapy an A-Z, 1988 The C.W. Daniel Company Limited.
  • LAWLESS Julia, The Enclyclopaedia of Essential Oils, 1992 Element Books Limited.

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