Como una nube que nos atraviesa, el estado Mustard es una tristeza sin orígen concreto, que aparece y desaparece sin más, y que constituye el terreno de cultivo perfecto, por no decir la excusa perfecta, para hábitos alimenticios poco adecuados y dañinos para la salud.
La mayoría de nosotros hemos pasado, con mayor o menor frecuencia por este tipo de situación: el blues nos atrapa y, en pleno bajón de moral, vamos directos a la nevera a echar mano no de una manzana o una zanahoria, sino de aquello que pueda contener más azúcar, grasa o harina blanca.
Olvidamos que este tipo de “alimentos” (que no merecen realmente ser nombrados como tal), lejos de compensar ninguna carencia, retro-alimentan el problema: el azúcar provoca un descenso de los glóbulos blancos (defensas), por lo que, a la larga, nos sentimos más débiles, y la grasa y la harina blanca engordan, lo que supone un ataque a nuestra autoestima. Además, este tipo de substancias son adictivas, lo que lleva a la reincidencia y al establecimiento de costumbres poco saludables, produciendo al final verdaderos motivos para estar triste.
Sin embargo, está socialmente justificado este círculo vicioso e incluso resulta graciosa la imagen de una despechada “Bridgite Jones” atiborrándose de helado, envuelta en su edredón, delante de la tele. Conocía una vez a alguien que llamaba a los bombones “ansiolíticos”, lo cual me parece una asociación ingeniosa pero a la vez lamentable. Pues lo cierto es que no tiene nada de sano ni de digno ni de positivo, caer en una autocompasión que nos lleve a castigarnos con chucherías. Al fin y al cabo, nuestro pobre cuerpo no tiene la culpa de nada.
Mustard puede echarnos una mano en este caso, y ayudarnos a aprovechar esta caprichosa melancolía para hacer algo más constructivo que darse un atracón, como por ejemplo escribir un triste y lírico poema, pintar un nostálgico paisaje, o simplemente apreciar la belleza de un lluvioso día de otoño, en un estado de paz interior.
Hola, muy buena informacion
Hola, me alegro que el post te haya gustado. Gracias por el comentario.