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“Que el alimento sea tu medicamento, y tu medicamento tu alimento” reza una célebre frase de Hipócrates, padre de la medicina moderna. Hecho que corrobora la sabiduría oriental cuando asegura que “cuando la alimentación es adecuada, la medicina es innecesaria; cuando la alimentación es inadecuada, la medicina es inútil”. 

Es por ello que la Naturopatía pone énfasis en un equilibrio alimenticio que nos garantice todos nutrientes que el cuerpo necesita para defenderse contra virus, bacterias y otros ataques del entorno, que tanto proliferan en la estación invernal. Paralelamente, nos ofrece un amplio surtido de plantas medicinales con las que prevenir, aliviar y sanar las afecciones que aporta el frío, además de reforzar nuestro organismo. A todo ello se añade los suplementos naturales que el hombre, en armonía con la Naturaleza, ha desarrollado para suplir las posibles carencias que se ponen de manifiesto en esta estación. He aquí una selección de alimentos, plantas y suplementos que deben estar presentes en nuestra despensa como en nuestra farmacia natural, en invierno.

 
Alimentos
A cada latitud del planeta, este, generoso, ofrece los productos que más convienen según el clima y la época del año, es por ello que conviene consumir alimentos locales y de temporada, en armonía con los ciclos de la Tierra. Los que nos son más habituales (aunque no necesariamente autóctonos) en el sur de Europa son:
 
·         Naranjas, mandarinas, limón, uvas, frutas ricas en fibra, que garantizan la salud de los intestinos, y ricas también en vitamina C, antioxidante y remedio preventivo de resfriados por excelencia.
·         Piña, libera mucosidades y contiene Bromelina, una enzima de efecto antiinflamatorio.
·         Brócoli, también rico en fibra y vitamina C.
·         Cebolla y ajo, antibióticos y caloríferos. Conviene consumirlos cocinados en sopas (que nos aportan calor y líquidos, necesarios en esta estación), como crudos, en ensaladas, para aprovechar sus propiedades, algunas de las cuales se pierden con la cocción.
·         Zanahorias, boniatos y otras verduras de color naranja, ricas en betacarotenos, precursores de la vitamina A, la cual activa el metabolismo, asegura el buen estado de mucosas, y, por tanto, protege contra enfermedades respiratorias.
·         Coles, ricas igualmente en vitamina C, betacarotenos, y además compuestos de azufre, oligoelemento que favorece el sistema respiratorio.
·         Espinacas y acelgas, ricas en betacarotenos y en hierro, aunque contraindicadas en cálculos renales por su contenido en oxalatos. Se aconseja consumirlas con tomate o limón, pues la vitamina C presente en estos alimentos aumenta la absorción de hierro. Hervidas pierden parte de sus oxalatos, pero una cocción larga disminuye sus propiedades.
·         Frutos secos, aportan fibra y lípidos (grasas) beneficiosos, así como vitamina E, de gran efecto antioxidante.
·         Cereales completos, ricos en fibra y minerales (zinc entre ellos), con un aporte de energía sostenido que nos mantiene a lo largo del día.
·         Pescado,  rico en ácidos grasos esenciales (omegas), de acción antiinflamatoria preventiva de bronquitis, sinusitis, y otras afecciones de las mucosas.
·         Miel, suaviza la garganta y tiene propiedades antisépticas.
·         Cúrcuma, clavo, canela y jengibre, especias antioxidantes y caloríferas, que promueven la circulación, y por lo tanto mejoran los sabañones. Conviene añadirlas a nuestros platos como a nuestras infusiones.
  
Plantas
Las encontramos en extractos, tinturas, comprimidos y, si son aromáticas, en aceite esencial. Sin embargo, en infusión, las plantas nos aportan, no sólo las propiedades de la farmacia natural que es la fitoterapia, sino también calor e hidratación, tan importantes en invierno. Dependiendo la planta y el caso, nos convendrá mejor un extracto o una tisana. Entre la vasta variedad que la Naturaleza pone a nuestra disposición, encontramos, como más populares o cercanas:
·         Equinácea, de gran reputación por su acción sobre el sistema inmune. Sin embargo, esta planta debe tomarse a lo largo del invierno, o, como muy tarde, al primer síntoma de resfriado para que sea efectiva.
·         Sello de oro, antibiótica, antiparasitaria, y antiinflamatoria de las mucosas.
·         Regaliz, anti-inflamatoria y anti-vírica. Endulzante natural. Como todas la raíces, conviene hacer una decocción, más que una infusión, para aprovechar sus propiedades.
·         Jengibre, en decocción o licuado y añadido a una infusión, ayuda a expulsar el frío, altamente calorífero.
·         Tomillo, gran anti-infeccioso y uno de los protagonistas de la aromaterapia. En inhalaciones ayuda a combatir infecciones del aparato respiratorio.
·         Sauce, es analgésico, antiinflamatorio y febrífugo, indicado en gripes y catarros.
·         Llantén, suavizar la garganta
·         Eucalipto, expectorante por excelencia, y gran anti-infeccioso, un habitual en las inhalaciones, y un clásico en aromaterapia.
·         Gordolobo, combate la afonía y la ronquera, es broncodilator y expectorante.
·         Escaramujo, destaca por su contenido en vitamina C, tan necesaria en invierno.
·         Saúco, rico en vitaminas A, B, C, y en polifenoles, sustancias que refuerzan el sistema inmunitario.
 
Suplementos
En un mundo ideal, una dieta equilibrada debería proveernos de todo lo que necesitamos para mantener nuestras defensas en forma. Sin embargo, el ritmo de vida, la polución y la restricción al acceso a alimentos de calidad puede aportarnos carencias y necesidades que hacen conveniente un aporte complementario:
·         Vitamina C, la más imprescindible de las vitaminas en esta estación, por su gran poder antioxidante, su apoyo al sistema inmune y por su acción antihistamínica. Se aconseja tomar 1g al día, combinada con bioflavonoides, que potencian su acción.
·         Zinc, oligoelemento de acción antivírica, que beneficia el sistema inmunitario.
·         Propóleo, substancia que producen las abejas para proteger su panal de bacterias. Particularmente eficaz en irritaciones de garganta. Antiinflamatorio y antiséptico.
·         Probióticos y prebióticos, bacterias amigas y substancias precursoras, para mantener sana la flora intestinal, la cual constituye el 80% de nuestro sistema inmune.
·         Beta-glucanos, procedentes de hongos, estimulan el sistema inmune y mejoran el aparato respiratorio.
·         Selenio, niveles bajos de este mineral indican una infección viral.
 
Por último recordar que es importante evitar el abuso de alimentos que nos debilitan, principalmente lácteos, azúcar y harinas refinadas (pan blanco), pues producen mucosidad; alimentos fríos (postres helados), que enfrían el cuerpo; azúcar, en general, que debilita el sistema inmunitario, y demasiados alimentos crudos, como ensaladas, que pueden enfriar también el cuerpo. Pues de la vitalidad y la armonía de nuestro organismo depende nuestra calidad de vida, la cual, no vale la pena comprometer.
 

 

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