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por tu bien

Amar al prójimo es, sin duda, algo loable, y es lógico querer cuidar a los allegados de la mejor manera posible, ofreciéndoles, entre otras cosas, una alimentación equilibrada. Sin embargo, los perfiles Red Chestnut tienden a llevar esta buena acción a un fastidioso y contraproducente extremo, movidos, además, por las emociones equivocadas.

Madres temerosas por la salud de sus retoños, cónyugues asustados por el sobrepeso de sus parejas, o hijos angustiados por los hábitos alimenticios de post-guerra de sus progenitores, los tipos Red Chestnut sufren sobremesura por el bienestar de sus seres queridos y por el daño que una alimentación inadecuada pueda causarles. Por ello, insisten (cuando no imponen) en la vigilancia extrema en la comida, y en la restricción absoluta de todo comestible de excesivo contenido en grasa, en azúcar o en cualquier ingrediente que pueda suponer un remoto peligro para la salud.

Olvidan que las imposiciones y las prohibiciones son una muy fértil tierra de abono para la rebelión, provocando pues, con sus intransigentes normas dietéticas, un total desacato (abierto o a escondidas), por parte de aquellos que a quienes intentan someter. Ellos creen que lo hacen “por su bien”, pero no se dan cuenta de que su inquietud por el bienestar de los suyos no nace del amor sino del temor, emoción con la que sazonan cada equilibrado plato que ponen a la mesa, alimentando así el miedo, causa de tantos trastornos, en sus comensales.

El Castaño rojo puede ayudar a estos sufridores a ver el problema desde otro ángulo, es decir, a cuidar de la salud de los suyos desde la confianza y la alegría, y no desde el catastrofismo. Aprender que los buenos hábitos se inculcan con el ejemplo, y que los dulces tienen su lugar en la alimentación, como postre excepcional en las celebraciones. Comprender que el entorno social forma parte de la salud, y que aislar a un niño en un cumpleaños prohibiéndole que coma pastel, o poner en evidencia a la pareja en una cena de amigos por su gran apetito, no es una manera de ayudar a nadie.

Esta flor puede también ayudar a tomar consciencia de los propios miedos, que se proyectan en las personas del entorno en forma de “preocupación”, para poder gestionarlos y, como consecuencia, dejar comer a los demás tranquilos.

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