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Tenía presente la arraigada afición de uruguayos y argentinos, incluso brasileños, de consumir mate a todas horas. Conocía sus cualidades como planta medicinal, y me habían contado cómo los estudiantes superaban el sueño en sus largas noches de estudio sorbiendo la infusión de esta hierba a través de la “bombilla”, como substituto del café. Por ello, también sabía que contiene grandes cantidades de cafeína, lo cual la hace nociva para algunas personas. Pero no fue hasta que viajé a Uruguay que descubrí cómo han sabido dar la vuelta y redimensionar este tradicional hábito, multiplicando sus beneficios y contrarrestando los indeseados efectos secundarios.
En efecto, el mate (Ilex paraguarinensis) o “yerba mate”, como también la llaman, es un arbusto originario de Sudamérica cuyas hojas se usan para hacer infusión ya que contienen aceites esenciales, sales minerales de calcio y hierro, vitaminas B1, B2 y C, y hasta un 2% de cafeína. Todo ello le aporta propiedades termogénicas, diuréticas, anti-oxidantes y anti-tumorales, pero también estimulantes, provocando insomnio y aumento de la tensión nerviosa en algunos casos, así como irritación gástrica, por su alto contenido en taninos. 

Para evitar o combatir estos efectos adversos, sin tener que renunciar a sus bondades, qué mejor solución que unir fuerzas con la familia. Así, el mate se alió con su multitud de primos y parientes lejanos en el reino de las plantas, y se creó la “Yerba compuesta”, originándose un amplio y saludable abanico de posibilidades distintas a la hora de tomar mate.
Además, no es necesario buscar en tiendas especializadas. Frente a la estantería de un supermercado de Tacuarembó, al norte de Uruguay, admiré fascinada la diversidad de paquetes de mate, de diferentes marcas comerciales y con diferentes combinaciones, entre los que podía optar. Mate con Ginko Bilova para la circulación, mate con boldo para problemas hepáticos, mate con aloe vera para el tránsito intestinal, y un numeroso etcétera. O sea, que hay para todos los gustos y necesidades.
Aprendí el curioso ritual de la preparación del mate, indispensable para asegurar el buen rendimiento del mismo, y desde entonces considero el consumo de la yerba compuesta como una medida más en cuanto al mantenimiento de un estado óptimo de salud.

Sólo espero que llegue el día en que podamos encontrarlo tan disponible en nuestras tiendas de alimentación, e incluso, por qué no, que sea hábito normal el consumirlo en los diferentes escenarios de nuestra cotidianeidad (trabajo, escuela, parque, etc…), además de una forma de socializar, como lo es para nuestros primos del Río de la Plata.

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0 commentaire

  1. Pot ser no hi ha tant assortiment de mates fets amb Yerba composta com als països sud-americans, però en aquest temps en què també em relaciono molt amb el món de la Yerba Mate he vist en moltes botigues alguna d'aquestes varietats. Sobretot, en aquesta època de l'any, aquelles “quema-grasas” o per cuidar la línia de cara a l'estiu. Però solament en alguna tenda llatina molt ben proveïda.No cal dir que la millor forma de pendre mate per a un no iniciat serà en poc temps “Ka'a Rykue”… jejeje (perdó per la falca publicitària)

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